pax
pasan los dias y esto sigue igual, me parece que mi destino se está tomando unas vacaciones en algún clima tropical...donde me gustaría estar a mí, allí o en cualquier lugar menos en este soberbio y aburrido Madrid. la verdad es que ahora mismo me cogería un avión en barajas y me iría a Dublín. en tres horas cogería un taxi en la acera de enfrente y miraría hacia el otro lado para ver como viene, me tocaría los bolsillos y sacaría el dinero. una vez en el taxi sólo diría Earsfort way 15, Lucan. y me dedicaría a ver el precioso verde de mi Irlanda querida. pasaria por el Fox y sonreiría al recordar nuestros veinte intentos para entrar con 16 años (inutiles todos por que desde el primero ya nos tenian mas que conocidas). subiriamos la calle y despues de la segunda rotonda girariamos una a la izquierda y otra a la derecha y le diria al taxista que se frenara frente al coche rojo. llamaria a la puerta y me abriria una Ellen con una cara de curiosidad enorme. alli ella podria ver todo lo que los años me han cambiado pero vería que sigo teniendo la misma mirada, que llevo el pelo rojo y con unas raices enormes y el esmalte de las uñas descuidado y llamativo...se sorprenderia y llamaría a Paul que aoarecería con sus formas, con el pelo un poco mas canoso y con ese tatuaje de amor de madre en el antebrazo. me harían pasar y vería a los niños... conocería al pequeño y le pediría que me dejara una noche dormir allí. hablaríamos de todos estos años que han pasado y yo les contaría que despues de tanto tiempo no puedo olvidar su telefono ni su direccion ni la sonrisa de Ellen ni la cara de horror con la que me miraba Paul cuando le perseguía para que se tomara un pincho de Spanish Omelette. vería lo que habría crecido el niño...y conocería al otro. recordariamos el día en el que Ellen me recogió en mitad de la calle para darme un sitio para dormir, también recordaría el día que me dijo que estaba embarazada que creia que eran gemelos y que no sabía como decirselo a Paul. cuando volví esa noche Paul flotaba de felicidad... y hablariamos lasgas horas, luego a dormir. a la mañana siguiente me levantaría , desayunaría con ellos y me bajaría al centro, caminaría por temple bar, o´connors y la calle comercial y estaría en st.stephen green a las 2 para oir el concierto de jazz en directo. me sentaría debajo de los arboles y te escribiría una carta, dibujaría las imagenes de mi corazón y después de eso caminaría a temple bar y entraría al fitzsimmons a tomarme un autentica cafe irlandés (un café con Baileys) mientras miraría por sus ventanas y comenzaría a llover...y saldría a andar bajo la lluvia y caminaría hacia casa de los Carr. cenaría con ellos y tras una promesa de volver Paul me llevaría al aeropuerto, montaría en el avión entre lagrimas y sonrisas y volvería a madrid... al día siguiente en clase me preguntarían que hice el fin de semana, yo les miraría a los ojos y diría nada, estar el las rozas y me guardaría mi pequeño trozo de Irlanda en uno de los lugares más ocultos del corazón.
1 Comments:
Hola, no te conozco de nada, he llegado aqui blogeando (existe esa palabra? jejeje)
Yo tambien tengo un cachito del corazón en Irlanda (Sligo, te suena?) y leer tu relato me lo ha devuelto a la mente...que gratos recuerdos!
Las Rozas está bien, pero en las Matas somos más autenticos.. ;D
Nada más, un placer leerte.
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